NÚMERO 389 AGOSTO 26-2018 (DOMINGO)
FUNDADO EN AGOSTO 12/2012.
Director
Bernardo A. Rendon Restrepo
Editora y Asesora
Alba Hoyos Botero
1ª entrega de los premios
ANTURO
PALABRAS DE AGRADECIMIENTO DE LA EDITORA:
DESEO EXPRESAR MI MAS SINCERO AGRADECIMIENTO POR LA EXCELENTE
ATENCIÓN CON MOTIVO DE LA RECIENTE ENFERMEDAD DE MI AMOR LA QUE
RECIBIÓ DURANTE SU RECIENTE HOSPITALIZACIÓN.
ESTOY MUY CONTENTA POR
SU RECUPERACIÓN, LA SENSIBILIDAD Y EL APOYO DE SU
PERSONAL NUNCA OLVIDAREMOS SU AMABILIDAD, SIEMPRE ESTABAN DISPUESTOS
TANTO EL PERSONAL MEDICO COMO ENFERMERAS, A DARNOS UNA RESPUESTA A NUESTRAS
INQUIETUDES.
MI AGRADECIMIENTO ES
EXTENSIVO A TODOS
LOS MÉDICOS, EN
ESPECIAL AL
DOCTOR DÍAZ QUE ESTUVO
PENDIENTE
EN TODO MOMENTO DE MI
AMORCITO, ENFERMEROS Y EN GENERAL LOS QUE TRABAJAN EN LA CLÍNICA
VIDA DE
PRADO, INCLUYENDO EL
TERAPEUTA
JULIAN QUE CON SUS CONSEJOS
Y
EJERCICIOS PARA TENER
UNA BUENA
RECUPERACIÓN, LE AYUDO
MUCHO,
A LOS JEFES DE
ENFERMERAS,
LOS CAMILLEROS, AL GRUPO DE
APOYO TERAPÉUTICO
Y EN ESPECIAL A LA MADRINA DANIELA Y DEMÁS.
NO ME ALCANZAN LAS PALABRAS
PARA AGRADECER TODO LO QUE HICIERON POR NOSOTROS,
SIEMPRE LAS LLEVARE EN
MI CORAZÓN.
ALBA HOYOS BOTERO
CUALIDADES DE UN BUEN MÉDICO:
¿QUÉ VALORA UN PACIENTE?
Suponemos que muchas veces
te has preguntado si tus pacientes te ven como un buen profesional. ¿Cuáles son
las cualidades de un buen médico?
De acuerdo con los pacientes, estas son las cosas que importan:
LAS 11 CUALIDADES DE UN BUEN MÉDICO
Un buen médico: Respeta a las personas, sanas o enfermas,
independientemente de lo que sean. Nunca juzga ni censura a sus pacientes.
Un buen médico: Apoya a los pacientes y a sus seres queridos cuando y
donde lo necesitan, evaluando cada situación cuidadosamente. La empatía es una
de las cualidades más valoradas por un paciente.
Un buen médico: Promueve la salud, así como el tratamiento de la
enfermedad, participando en campañas de concienciación.
Un buen médico: habla de
forma directa, sin tratar de esconder la verdad al paciente, utilizando un
lenguaje sencillo que cualquiera pueda entender (esto significa no distraerse
en tecnicismos).
Un buen médico: Abraza el poder de las tecnologías de información y
comunicación para apoyar a las personas proporcionándoles la mejor información
disponible, respetando sus valores y preferencias individuales.
Un buen médico: Siempre hace las preguntas de forma educada, dejando
que la gente hable y escuche con cuidado.
Un buen médico: Da asesoramiento imparcial y permiten que el paciente
participe activamente en todas las decisiones relacionadas con su atención
médica y salud.
Un buen médico: Utiliza las pruebas como una herramienta, no como un
factor determinante de la práctica. No les importa repetir una prueba si es
para descartar cualquier posibilidad.
Un buen médico: Humildemente acepta la muerte como una parte
importante de la vida; y ayudan a la gente a tomar las mejores disposiciones
posibles cuando la muerte está cerca
Un buen médico: Trabaja en cooperación con otros miembros del equipo
de salud siempre buscando lo mejor para el paciente.
Un buen médico: Es defensor proactivo para sus pacientes, mentor para
otros profesionales de la salud, y está listos para aprender de los demás,
independientemente de su edad, papel, o estado
Un buen médico: Tiene una vida equilibrada y cuidan de sí mismos tanto
como de sus familias. A un paciente pocas cosas le generan peor impresión que
un médico con mal aspecto, porque piensan, “¿si no es capaz de cuidar de sí mismo
como va a poder cuidar de los demás?”.
¿Qué
opinas de estas cualidades de un
buen médico? ¿Echas alguna en falta? Comparte tu opinión en los
comentarios.-----
PERFIL DEL MEDICO DE URGENCIAS Y
EMERGENCIAS
La medicina de urgencias engloba conocimientos derivados de todas las
disciplinas médicas, concretamente aquellos que deben ser aplicados para
resolver situaciones clínicas que no admitan demora. Según el grado de
competencia y la formación de los médicos que atiendan los servicios de
urgencias, es posible diferenciar dos patrones asistenciales: 1.- “Varios
médicos para un solo paciente”: Modelo mayoritario antes del actual desarrollo
de los servicios de urgencias. Éstos son atendidos por médicos con escasa
formación o por especialistas que dominan, generalmente, sólo aquellas
urgencias propias de su especialidad. El paciente, en ocasiones, es evaluado
por varios especialistas hasta que uno de ellos se hace cargo de su problema de
salud. Dado el auge de la “especialización dentro de la especialidad” conviene
tener en cuenta que no todos los especialistas son capaces de resolver todas
las urgencias propias de su especialidad, dado que su práctica clínica puede
haberles derivado hacia ámbitos muy concretos. 2.- “Un médico para todos los
pacientes”: En la actualidad se tiende a que los servicios de urgencias sean
atendidos por profesionales expertos en esta rama de la medicina, con formación
específica para la función que deben desempeñar. Cada uno de estos profesionales,
idealmente, debiera ser capaz de resolver con la misma competencia cada uno de
los problemas de salud que constituyen la variada casuística de urgencias.
Esto, en la práctica, es lo mejor para el paciente y, además, redunda en una
mayor eficiencia de la asistencia. Dado el estado actual de progreso de los
servicios de urgencias españoles, parece oportuno ahondar en esta última
dirección, definiendo qué conocimientos específicos deben tener los médicos de
urgencias y cuál es la mejor vía para que los adquieran.
¿QUÉ CONOCIMIENTOS SE DEBEN ADQUIRIR?
COMPETENCIA PROFESIONAL DEL MÉDICO DE URGENCIAS Y EMERGENCIAS
El médico de
urgencias debe poseer una serie de conocimientos y habilidades técnicas básicos
para el desempeño de su profesión. Ninguna especialidad de las actuales abarca
el amplio abanico formativo que precisa un médico de urgencias. Este
profesional tiene que ser capaz de resolver desde situaciones muy complejas
(cuya resolución, si no existiera un médico que asumiera el liderazgo, demandaría
el concurso simultáneo de varios especialistas, lo que restaría eficacia),
hasta cualquier patología que, aunque fácil de resolver, presupone una especial
formación y habilidad (como extraer un cuerpo extraño de una córnea). Un
aspecto importante que no debe ser obviado es el de las circunstancias adversas
en las que se suele desenvolver la medicina de urgencias. La labor asistencial
de estos profesionales está muy mediatizada por la imprevisibilidad de la
demanda, la necesidad de tomar decisiones rápidas, la incertidumbre, la
masificación, la ansiedad de los pacientes y familiares, y, en general, por una
serie de condiciones desfavorables que añaden complejidad a los actos médicos.
No es comparable la intubación reglada de un paciente en quirófano a la
intubación de un paciente agitado en un servicio de urgencias o de un
accidentado en el arcén de una carretera. Es preciso pues, además, un
determinado “perfil psicológico”, difícil de definir, que se adquiere con la
práctica y la formación adecuada. A continuación se resumen, de forma no
exhaustiva, los conocimientos y habilidades mínimos exigibles a todo médico que
vaya a desempeñar una labor asistencial en los servicios de urgencias.
1.- COMPETENCIA PARA EL DIAGNÓSTICO Y TRATAMIENTO DE LAS PRINCIPALES
EMERGENCIAS Y URGENCIAS MÉDICAS EMERGENCIAS MÉDICAS DE ESPECIAL COMPLEJIDAD
1.-Situaciones con riesgo vital inminente que requieren en su atención inicial
un conjunto de conocimientos complejo y sistematizado - Reanimación
cardiopulmonar avanzada (paro cardiaco, arritmias, síndrome coronario,
accidente cerebrovascular) - Asistencia inicial al paciente politraumatizado
2.- Otras situaciones con riesgo vital inminente de etiología diversa que
requieren una especial pericia para el diagnóstico y tratamiento precoces -
Abdomen agudo - Coma - Disnea aguda - Shock - Intoxicaciones OTRAS EMERGENCIAS
Y URGENCIAS MÉDICAS - Agentes físicos: hipo e hipertermia, quemados,
ahogamiento - Cardiovasculares - Dermatológicas - Digestivas - Endocrinológicas
y metabólicas - Ginecológicas y obstétricas - Hematológicas - Infecciosas -
Nefrourológicas - Neurológicas - Oftalmológicas - Oncológicas -
Otorrinolaringológicas - Pediátricas - Psiquiátricas - Respiratorias -
Traumatológicas y reumatológicas
2.-
COMPETENCIA TÉCNICA TÉCNICAS, PROCEDIMIENTOS Y HABILIDADES: DIAGNÓSTICOS -
Pulsioximetría y capnografía - Espirometría - Electrocardiografía -
Interpretación de radiología básica, TAC y RMN - Ecografía y ecocardiografía de
emergencia - Técnicas de monitorización invasiva y no invasiva - Punción
pleural - Punción lumbar - Paracentesis peritoneal. Punción-lavado peritoneal -
Proctoscopia - Lámpara de hendidura - Tonometría ocular - Exploración
otorrinolaringológica TÉCNICAS, PROCEDIMIENTOS Y HABILIDADES: TERAPÉUTICOS
1 - Soporte
respiratorio - Dispositivos de oxigenoterapia - Desobstrucción de la vía aérea
- Intubación oro y nasotraqueal - Dispositivos alternativos para vía aérea
difícil (mascarilla laríngea, Fast-Track) - Cricotiroidotomía - Ventilación con
dispositivos manuales (boca-mascarilla, bolsa-mascarilla) - Ventilación
mecánica: - No invasiva: CPAP y BiPAP - Invasiva - Fibrobroncoscopia para
intubación y desobstrucción de la vía aérea superior - Toracocentesis. Drenaje
pleural. 2 – Soporte hemodinámico - Cateterismo venoso periférico - Cateterismo
venoso central: venas yugular, subclavia, femoral - Cateterismo y punción
arterial - Punción intraósea - Desfibrilación y cardioversión - Marcapasos
temporal (transcutáneo y endocavitario) - Pericardiocentesis.
¿CÓMO SE
PUEDEN ADQUIRIR ESTOS
CONOCIMIENTOS?
ÁREA DE CAPACITACIÓN ESPECÍFICA VENTAJAS - Mayor facilidad de acceso a
urgencias para médicos de especialidades diversas (supone una “salida”
profesional más, aun considerada como transitoria). - Es una medida más fácil
de implantar a corto plazo. INCONVENIENTES 1.- Para la organización de los
servicios de urgencias: - Plantilla inestable, con intereses profesionales
diferentes y dispersos. Esto redunda a la postre en una mayor ineficiencia de
los servicios de urgencias. - La diversidad de “perfiles profesionales“ obliga
a los responsables de los servicios a seleccionar qué parte de la labor
asistencial puede desempeñar cada médico en función de sus capacidades (cuando
lo ideal sería al revés, que el perfil del médico se adecuara a la labor
asistencial) 2.- Para la formación de los profesionales: - ¿Cómo van a
formarse? - Proceso de formación complejo y carente de uniformidad. Al poder
acceder médicos de diferentes especialidades la formación no puede ser igual
para todos ellos, lo que obligaría a diseñar distintos procesos formativos “a
la carta” según cada especialidad. - ¿Quién, dónde y con qué medios va a formar
a los futuros médicos de urgencias de esta forma? Verosímilmente, la dificultad
que tal vía entraña acabaría imponiendo en la práctica una estructura de
formación dirigida más a “superar un trámite” o a “cubrir un expediente” que a
capacitar realmente a los médicos para la función que deben desempeñar (como de
hecho ha sucedido con otras “vías de acceso extraordinarias” de especialistas
al margen del MIR).
“Derroche” formativo: -¿Para qué formar a un médico especialista que
después no va a poner en práctica la mayor parte de su formación? Por ejemplo,
los conocimientos adquiridos por un cirujano durante su etapa de residencia
apenas le servirían para atender a un pequeño porcentaje de las urgencias,
mientras que la parte más compleja de su formación, las técnicas quirúrgicas,
le sería inútil. - Muy posiblemente, muchos de los especialistas así formados
usarían el servicio de urgencias para paliar una situación de paro en espera de
otro puesto de trabajo más acorde con sus conocimientos y vocación. Según esta
hipótesis, sería previsible una mayor rotación de médicos, con lo que se
multiplicaría el esfuerzo formativo. - Desperdicio de recursos económicos. Como
consecuencia de los derivados tanto de la formación de médicos en
especialidades que al final no van a ejercer como de la formación de
profesionales que sólo van a ejercer en urgencias de forma transitoria.
¿Cuándo van a capacitarse?: - Durante el periodo MIR: no es realista
pretender que un médico que se va a formar en una determinada especialidad
adquiera, al mismo tiempo, conocimientos ajenos a la misma “por si acaso” acaba
trabajando en urgencias. - Una vez terminado el periodo MIR y como paso previo
a trabajar en los servicios de urgencias: supone prolongar excesiva e
innecesariamente el periodo de formación. Así, suponiendo que la formación se
prolongara durante unos dos años, un especialista necesitaría entre 6 y 7 años
de formación antes de poder trabajar en urgencias. - Al mismo tiempo que se
desempeña una labor profesional en los servicios de urgencias: se trata de
repetir la situación actual. Se asume que los profesionales van a ser
“incompetentes” para determinadas funciones hasta que se formen adecuadamente.
ESPECIALIDAD
VENTAJAS - Favorece que los servicios de urgencias acaben siendo
homogéneos en su estructura y práctica profesional. - Mayor estabilidad de las
plantillas, lo que redunda en una mayor eficiencia de los servicios de
urgencias. - Formación objetiva, reglada y tutelada. Todos los médicos de
urgencias tendrían los mismos conocimientos y la misma capacitación. - No se
sustituye el sistema MIR, que ha demostrado ser el óptimo para la formación de
especialistas, por otras vías alternativas. - Supone un impulso decisivo a la
investigación en urgencias. - Mayor aceptación por parte de los profesionales
que en la actualidad ejercen como médicos de urgencias. - Varios países
occidentales la consideran una especialidad, tanto europeos (Bélgica, Irlanda,
Reino Unido) como no europeos (Estados Unidos, Canadá, Australia).
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ATENCIÓN EN URGENCIAS
La
función del Servicio de Urgencias es valorar al paciente para, posteriormente,
diagnosticarlo, tratarlo, evaluarlo y así decidir si el paciente se ingresa o
se manda a casa con los cuidados que debe seguir.
En Urgencias, se da prioridad a situaciones que ponen en riesgo la vida del paciente, es por ello que el orden de atención a nuestros pacientes sigue un código de priorización: rojo, amarillo y verde; por eso no se atiende conforme llegue el paciente.
Rojo: Situación súbita que pone en peligro un órgano, sistema o la vida, y que requiere atención inmediata.
Amarillo: Situación en la que el paciente experimenta alguna alteración en sus signos vitales y que, de manera inmediata, puede poner en peligro la función de algún órgano o sistema en las siguientes horas.
Verde: Situación en la que el paciente presenta signos y síntomas estables que no ponen en peligro la vida. Se atenderá por orden de prioridad.
QUIÉNES
SON ATENDIDOS EN URGENCIAS
Son pacientes que son referidos por otra institución de salud de 1er o
2do nivel, debido a que el INCMNSZ brinda atención a tercer nivel,
característica que lo convierte en un Instituto diferente. Pacientes mayores de
18 años, con problemas complejos de medicina interna como:
Enfermedades de glándulas endócrinas y metabólicas.
Enfermedades digestivas.
Enfermedades del hígado y páncreas.
Enfermedades del riñón y vías urinarias.
Enfermedades genéticas en adultos.
Trastornos de la sangre.
Infecciones crónicas.
Enfermedades reumáticas.
Cirugía de abdomen y de glándulas endócrinas.
Trasplantes.
Enfermedades de glándulas endócrinas y metabólicas.
Enfermedades digestivas.
Enfermedades del hígado y páncreas.
Enfermedades del riñón y vías urinarias.
Enfermedades genéticas en adultos.
Trastornos de la sangre.
Infecciones crónicas.
Enfermedades reumáticas.
Cirugía de abdomen y de glándulas endócrinas.
Trasplantes.
QUIÉNES NO PUEDEN SER ATENDIDOS EN URGENCIAS
Los casos que no se atienden son: los pediátricos, de trauma y
ginecobstétricos, por lo que deberá acudir a otra institución para evitar
perder tiempo y ser atendido lo antes posible, o también si usted es paciente
del ISSSTE o IMSS.
YA EN URGENCIAS
Recepción del paciente.
Valoración inicial en donde se toman signos vitales.
Se evalúa si es una urgencia que requiera ser tratada en ese mismo instante o puede esperar.
Valoración por un médico de tercer año, quien decidirá si se requiere algún estudio de laboratorio o gabinete.
Determinación del tratamiento a seguir por parte del paciente.
Determinación de sí el paciente ingresa o se canaliza a su hogar o a otro hospital en caso de que no haya camas disponibles para algún procedimiento quirúrgico.
Valoración inicial en donde se toman signos vitales.
Se evalúa si es una urgencia que requiera ser tratada en ese mismo instante o puede esperar.
Valoración por un médico de tercer año, quien decidirá si se requiere algún estudio de laboratorio o gabinete.
Determinación del tratamiento a seguir por parte del paciente.
Determinación de sí el paciente ingresa o se canaliza a su hogar o a otro hospital en caso de que no haya camas disponibles para algún procedimiento quirúrgico.
ATENCIÓN PERMANENTE
En Urgencias, el personal médico y de enfermería se
encuentra disponible las 24 horas.
SERVICIO DE SILLAS
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TRIAGE
CLASIFICACIÓN DE URGENCIAS
DE ACUERDO CON LA GRAVEDAD DEL
PACIENTE
El triage la clasificación de la gravedad, sintomatología y problema de salud que presenta un paciente cuando llega al servicio de urgencias y que permite definir la prioridad de la atención. Esta clasificación se realiza a través de la valoración del médico o enfermero profesional, quienes identifican qué enfermedades requieren atención inmediata para priorizarlas sobre aquellas que pueden esperar.
El propósito del triage es determinar la prioridad con
la cual se atenderán los usuarios en los servicios de urgencias que se basa en
sus necesidades terapéuticas y en los recursos disponibles.
Los objetivos del triage, son:
Asegurar una valoración rápida y ordenada de
todos los pacientes que llegan a los servicios de urgencias, identificando a
aquellos que requieren atención inmediata.
Seleccionar y clasificar los pacientes para su
atención según su prioridad clínica y los recursos disponibles en la
institución.
Disminuir el riesgo de muerte, complicaciones o
discapacidad de los pacientes que acuden a los servicios de urgencia.
Brindar una comunicación inicial con información
completa que lleve al paciente y a su familia a entender en qué consiste su
clasificación de triage.
¡Tenga presente que la atención se realiza por la
gravedad del paciente y no por el orden de llegada a la IPS!
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POR QUÉ SE COLAPSAN LAS
URGENCIAS
Este invierno, como en años
anteriores, el desbordamiento de los servicios de urgencias hospitalarios ha
vuelto a ser noticia. El público vive salas abarrotadas, tiempos de espera
interminables y dificultades para mantenerse informados. Esto se combina con
una sensación de perplejidad, dado que, año tras año, estas situaciones se
repiten como si no tuvieran solución. Pero también sorprende lo poco que el
público conoce de estos servicios y de las claves que llevan a su
desbordamiento, así como sus posibles soluciones.
En condiciones normales, la
efectividad de las urgencias hospitalarias depende de sus circuitos
asistenciales, es decir, de la agrupación de recursos y tiempos de respuesta
apropiados a cada tipo de paciente. Así, un paciente con una conjuntivitis, se
visitará en una consulta normal que puede tener demora, dado que no hay riesgo
vital, mientras que un paciente con dolor de pecho, ante la sospecha de un
infarto de miocardio, se evaluará y tratará inmediatamente en un box de
críticos.
Un profesional para las
emergencias no se
improvisa: es necesaria una especialidad
médica
Entre ambos extremos,
existe una gama de recursos diferentes. El punto de partida es una consulta
rápida de clasificación que distribuye los pacientes en los circuitos
adecuados, y cuyas características son la agilidad y un sistema de altas que
permite liberar recursos para ser reutilizados con nuevos pacientes. Los
circuitos mal diseñados son la causa inicial para que urgencias se sature en
condiciones de demanda normal y genere el caos con una presión asistencial
incrementada.
En periodos de
sobredemanda, como en las epidemias invernales, los recursos propios de
urgencias no bastan y se requiere activar recursos extraordinarios. Éstos van
desde abrir consultas para pacientes ambulatorios, hasta el aumento del número
de camas del hospital dedicadas a urgencias, a la vez que se redirigen los
flujos de llegada de enfermos hacia hospitales o centros colaboradores; las
altas deben de ser muy fluidas, especialmente con los pacientes hospitalizados,
dado que las camas son el recurso más limitado; lo más eficaz es que, una vez
superada la fase aguda, se movilicen a centros de apoyo (ejemplo: hospital de
rehabilitación para personas mayores) para que se restablezcan en ellos. La
ausencia de estos recursos extraordinarios, o su mala planificación, además de
bloquear el servicio de urgencias, desorganiza el hospital con las famosas
camas supletorias en todos los rincones.
El mejor circuito de
urgencias sin buenos equipos profesionales tampoco funciona. Se manejan
volúmenes ingentes de pacientes con una gran variedad diagnóstica, se toman
decisiones rápidas y se valora permanentemente el riesgo vital de los enfermos;
además, se asignan recursos y es necesaria una gran capacidad de trabajo en
equipo y de tolerancia a la presión ambiental. Con profesionales no preparados,
los circuitos se enlentecen y la seguridad de los pacientes se pone en riesgo.
Un profesional de urgencias no se improvisa. En esto se basa la demanda, lógica
y necesaria, de una especialidad médica de urgencias, por parte de unos
profesionales que atienden más de 20 millones de visitas anuales.
El último factor clave es
la irrupción de las personas mayores en urgencias. Con estos pacientes, los
circuitos de urgencias pierden agilidad, se requieren muchos días de
hospitalización y el alta domiciliaria es difícil. Esto se debe a su fragilidad
biológica y a su carencia de cuidadores, pero también a que los hospitales
actuales no están preparados para este tipo de pacientes, como tampoco lo están
sus viviendas. Durante las epidemias, cuando este colectivo se convierte en el
principal consumidor de recursos en urgencias, lo saturan con facilidad. Pero
aún hay más: su crecimiento como colectivo es exponencial y pasará de ser el
17% (7 millones) de la población actual a un 25% (13 millones) en los próximos
25 años. Cabe esperar que los episodios de saturación, aunque puedan moderarse
por una buena planificación, difícilmente se eviten con hospitales y viviendas
no adaptados a las necesidades de las poblaciones frágiles.
Algunas soluciones, como
las mejoras en los circuitos, recursos y plantillas, pueden facilitar el día a
día de estos servicios, y evitar su desorganización en periodos de
sobredemanda. Pero el cambio de perfil poblacional aconseja a medio plazo, un
enfoque más global; esto supone nuevos tipos de viviendas, nuevas profesiones
sanitarias complementarias a las actuales, aplicación generalizada de las
tecnologías de la información y comunicación (teleasistencia), y nuevos centros
sanitarios más próximos a los entornos vecinales y pensados para poblaciones
frágiles.
El conocimiento de
experiencias existentes y la generación de ideas innovadoras serían las dos
vías para identificar los cambios que nuestro modelo de urgencias puede
necesitar. La medicina, por sí sola, posiblemente no perciba todas las
posibilidades que el conocimiento y la tecnología del siglo XXI pueden
ofertarle. Las ideas innovadoras surgen en espacios de debate y convivencia
basados en un modelo de conocimiento experto multidisciplinar y transversal.
Estos espacios deben agrupar el conocimiento médico y tecnológico, con
proveedores, industria y ciudadanos.
Un buen ejemplo sería el
Parque Tecnológico de Ciencias de Salud, que se construye en Granada, donde,
alrededor de un nuevo hospital de alta tecnología, se agruparán facultades y
escuelas de la Universidad de Granada, un centro médico de alta simulación y un
amplio abanico de industrias relacionadas con la salud, incluyendo las
tecnologías de la información y la comunicación. Creo que las urgencias del
futuro pueden encontrar en este tipo de espacios un foro de debate, un banco de
ideas y la facilidad para transformarlas en proyectos evaluables y, por tanto,
capaces de transferirse a la vida real con garantías de éxito.
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LOS EFECTOS DE LA FATIGA EN LOS
MÉDICOS
https://www.intramed.net/contenidover.asp?contenidoID=81161
Riesgos y consecuencias del trabajo médico en condiciones de fatiga
física y mental.
"La fatiga no es un
signo de debilidad, ni algo que puede ser suprimido por una taza de café en el
comedor o un poco de agua en la cara".
En la noche del 12 de febrero de 2009, un avión de
Colgan Air que lleva 45 pasajeros, dos pilotos y dos asistentes de vuelo
realizó una aproximación al aeropuerto en Nueva York. Los pilotos no se dieron
cuenta de su baja velocidad y no respondieron a los avisos de alerta a tiempo.
El avión se estrelló, matando a todos a bordo. Los pilotos habían viajado desde
muy lejos para llegar al aeropuerto de partida y, en contra de la política de
la empresa, habían dormido en la sala de la tripulación la noche anterior. La
Junta Nacional de Seguridad en el Transporte, en su informe del accidente,
llegó a la conclusión de que la fatiga del piloto fue un factor que contribuyó
al accidente.
El cansancio de los pilotos es un problema reconocido
en la industria de la aviación, y se han realizado varios simposios sobre la
fatiga de la aviación. Como pasajero, me siento aliviado de que la industria
está haciendo esfuerzos para identificar la magnitud del problema y la búsqueda
de soluciones para reducirlo.
En la medicina, en cambio, el problema permanece en la periferia. Algunos médicos se sienten felices al describir su lucha para permanecer despiertos en su camino a casa después de una larga jornada, pero poco se dice sobre las horas previas, y del el cuidado de los pacientes en un estado similar de somnolencia.
La mención de la Directiva Europea sobre el Tiempo de trabajo (EWTD) a un grupo de cirujanos ocasiona, en una buena parte de ellos, muecas de disgusto."Cuando yo era encargado de la casa," dijo un “dinosaurio”, "estábamos acostumbrados a trabajar casi todos los días y la mayoría de las noches, y nos salió bien". Otros asienten con la cabeza. Entonces el anciano se lamenta de la llegada de los alumnos de hoy en día: vagos, exigentes e incapaces de realizar el más básico de los procedimientos.
Y así, mientras que algunos hospitales adoptan las directivas EWTD, otros tácitamente fomentan o hacen la vista gorda a las violaciones de esa norma. Hay médicos que están trabajando muchas más horas de las que permite la ley cumpliendo turnos que, bajo un cuidadoso escrutinio, dejarían abierta la acción legal.
En la medicina, en cambio, el problema permanece en la periferia. Algunos médicos se sienten felices al describir su lucha para permanecer despiertos en su camino a casa después de una larga jornada, pero poco se dice sobre las horas previas, y del el cuidado de los pacientes en un estado similar de somnolencia.
La mención de la Directiva Europea sobre el Tiempo de trabajo (EWTD) a un grupo de cirujanos ocasiona, en una buena parte de ellos, muecas de disgusto."Cuando yo era encargado de la casa," dijo un “dinosaurio”, "estábamos acostumbrados a trabajar casi todos los días y la mayoría de las noches, y nos salió bien". Otros asienten con la cabeza. Entonces el anciano se lamenta de la llegada de los alumnos de hoy en día: vagos, exigentes e incapaces de realizar el más básico de los procedimientos.
Y así, mientras que algunos hospitales adoptan las directivas EWTD, otros tácitamente fomentan o hacen la vista gorda a las violaciones de esa norma. Hay médicos que están trabajando muchas más horas de las que permite la ley cumpliendo turnos que, bajo un cuidadoso escrutinio, dejarían abierta la acción legal.
El verdadero estado de las cosas sobre las horas de
trabajo de los médicos no se puede extraer de un simple vistazo a los documentos.
Hasta que se presenta un caso, o algún periodista se adentre en el tema, es
poco probable que las cosas cambien. Los jóvenes están demasiado asustados para
hablar o han venido a compartir los puntos de vista de sus mayores.
Mi objetivo aquí no son las normas EWTD, cuyos méritos o deméritos se pueden discutir largo y tendido sino el problema de la fatiga en los médicos. En el año 2009 Mateo Worrall del Colegio Real de Cirujanos, escribió:
"Hay mucha evidencia de que la fatiga excesiva conduce al deterioro del razonamiento y de las habilidades motoras. Pero parece que hay una verdadera falta de evidencia de la forma en que esa condición en un individuo puede traducirse en daño para los pacientes en el ámbito hospitalario".1
Esa última frase me trae a la mente el iluminado estudio de 2003 sobre la eficacia de los paracaídas, publicado en esta revista, que concluyó lo siguiente: "Al igual que muchas de las intervenciones destinadas a prevenir la mala salud, la efectividad de los paracaídas no se ha sometido a una rigurosa evaluación mediante ensayos controlados aleatorios". 2
La fatiga afecta negativamente funciones tales como
Mi objetivo aquí no son las normas EWTD, cuyos méritos o deméritos se pueden discutir largo y tendido sino el problema de la fatiga en los médicos. En el año 2009 Mateo Worrall del Colegio Real de Cirujanos, escribió:
"Hay mucha evidencia de que la fatiga excesiva conduce al deterioro del razonamiento y de las habilidades motoras. Pero parece que hay una verdadera falta de evidencia de la forma en que esa condición en un individuo puede traducirse en daño para los pacientes en el ámbito hospitalario".1
Esa última frase me trae a la mente el iluminado estudio de 2003 sobre la eficacia de los paracaídas, publicado en esta revista, que concluyó lo siguiente: "Al igual que muchas de las intervenciones destinadas a prevenir la mala salud, la efectividad de los paracaídas no se ha sometido a una rigurosa evaluación mediante ensayos controlados aleatorios". 2
La fatiga afecta negativamente funciones tales como
Vigilancia
AlertaCoordinación motora
Procesamiento de la información
Toma de decisiones
Estas son cualidades que, para la mayoría de las
especialidades, resultan esenciales.
Somos malos jueces de nuestro propio cansancio.
No existe una solución sencilla para el problema de la
fatiga, pero la búsqueda de una respuesta no comenzará en serio hasta que haya
un mayor reconocimiento de los efectos de la fatiga en la atención al paciente
y en el bienestar del médico y el abandono de la tradicional actitud machista
de "al infierno con el sueño, ¡hazlo!"Somos malos jueces
de nuestro propio cansancio.
En un estudio del años 2007 sobre médicos en formación en Nueva Zelanda, basado en 1.412 encuestas anónimas, el 30% de los encuestados tenía una puntuación de somnolencia de Epworth mayor de 10 (es decir, "demasiado sueño"), y el 42% recordaba un error clínico relacionado con la fatiga en los últimos seis meses. 3 Un informe de 2012 del General Medical Council sobre el impacto de las normas EWTD concluyeron que, a pesar de los efectos positivos de la directiva, "los aprendices siguen trabajando según patrones agotadores y potencialmente peligrosos." 4
En un estudio del años 2007 sobre médicos en formación en Nueva Zelanda, basado en 1.412 encuestas anónimas, el 30% de los encuestados tenía una puntuación de somnolencia de Epworth mayor de 10 (es decir, "demasiado sueño"), y el 42% recordaba un error clínico relacionado con la fatiga en los últimos seis meses. 3 Un informe de 2012 del General Medical Council sobre el impacto de las normas EWTD concluyeron que, a pesar de los efectos positivos de la directiva, "los aprendices siguen trabajando según patrones agotadores y potencialmente peligrosos." 4
La verdad es que la fatiga sigue siendo un problema en
la medicina. El cambio es necesario, tanto a nivel individual como
organizacional. La reducción de las horas de trabajo puede exigir mejoras en
los traspasos al final de los turnos, por ejemplo. Los individuos o gerentes
pueden necesitar hablar en contra de las prácticas peligrosas, ya sea sobre los
turnos peligrosos, las peticiones no razonables para cubrir a los colegas
ausentes, los períodos de descanso inadecuados o incluso la creencia de que la
siguiente operación es demasiado. En vista de la oposición prevista de colegas
o de la alta dirección, hablar puede requerir mucho coraje moral.
La fatiga no es un signo de debilidad o algo que pueda
ser suprimida por una taza de café en el comedor o un poco de agua en la cara.
Se necesita más investigación y educación sobre los efectos de la fatiga sobre
el rendimiento y el bienestar de los médicos.
Los estudios existentes sobre el impacto de la
reducción de las horas de trabajo en los errores médicos varían en sus
resultados y en su calidad metodológica. La investigación sobre la fatiga y la
forma de manejarla, es un área donde la medicina va a la zaga de la industria
de la aviación.
Si la idea de un piloto cansado al mando de su avión
es aterradora, también lo debe ser el pensamiento de un médico cansado en un
hospital o consultorio. Sully Sullenberger, quien abandonó su avión en el río
Hudson en enero de 2009, después de que fallaron sus dos motores, señaló que
muchas de las lecciones aprendidas por la industria de la aviación se habían
pagado con sangre. 5Ignorando el problema histórico de la
fatiga entre los médicos vamos a pagar un precio similar.
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